Por entonces creó la que puede considerarse primera pluma estilográfica, que bautizó como «pluma-fuente»: un tubo de latón equipado con un depósito para almacenar la tinta con un aplique inferior provisto de ranura y puntero por donde se dosificaba la tinta y se podía escribir.
No desarrolló su invento, por lo que posteriores ampliaciones y mejoras del mismo en Inglaterra otorgan a los británicos su invención.
Publicó su primer libro de estenografía española propiamente dicho en Madrid en 1803, con el título Tachigrafia castellana, o arte de escribir con tanta velocidad como se habla y con la misma claridad que la escritura común.
Poseyendo su obra un carácter original, Martí se inspiró mucho en Samuel Taylor y Jean Coulon de Thévenot.
Sus obras literarias y dramáticas le valieron cierta reputación de patriota liberal, pese a lo cual parece que no fue apenas afectado por la represión fernandina.
1761–1827», y en el frontis un texto latino: «Currant verba licet, manus est velocior illis, nondum lingua suum dextra peregit opus».