Charles Le Brun

A los quince ya recibió encargos del Cardenal Richelieu, en cuya ejecución mostró tanta habilidad que obtuvo generosas alabanzas de Nicolas Poussin.Fue en Roma discípulo de Poussin, cuyas teorías artísticas adoptó y que influyeron grandemente en su obra.El primer cuadro, Alejandro y la familia de Darío, gustó tanto a Luis XIV que ennobleció a Le Brun (diciembre de 1662), a quien nombró igualmente Premier Peintre du Roi (Primer Pintor del rey) en 1664 con una pensión de 12 000 libras, la misma cantidad que había recibido anualmente al servicio del magnífico Fouquet.El rey le había considerado «el artista francés más grande de todos los tiempos».Igualmente destaca como un magnífico retratista, con obras como El canciller Séguier y Luis XIV en adoración de Cristo resucitado.Imprimió a las tendencias nacionales una dirección que perduró durante los siglos posteriores.Louvais no mostró ningún favor por Le Brun, el favorito de Colbert y, a pesar del continuo apoyo del rey, Le Brun sintió un cambio amargo en su posición.Por este motivo fue menospreciado por los pintores románticos del siglo XIX y poco conocido por el gran público.El número de obras que hizo para corporaciones religiosas y patrones privados es enorme.Lo que le importaba era una composición estudiada, cuya última finalidad era alimentar el espíritu.En su tratado, publicado póstumamente, Méthode pour apprendre à dessiner les passions (1698) promovió la expresión de las emociones en pintura.En España se conserva una obra, Cristo muerto llorado por dos ángeles, perteneciente a las colecciones reales de Patrimonio Nacional.
El canciller Séguier , h. 1670, óleo sobre lienzo, 295 × 351 cm, Museo del Louvre , París.
Alejandro y Poros , pintado en 1673.
Galería de Apolo, Museo del Louvre.
Techo o Plafón de la galería de los Espejos, Versalles.
La Asunción de la Virgen .