De formación fundamentalmente autodidacta, estudió a pintores clásicos como Durero, Rembrandt, Mantegna, Ingres y Picasso.
A los diez años dibuja con asiduidad, empleando el lápiz de grafito y la tinta china y, con quince años, empieza a utilizar la técnica del óleo sobre lienzo.
En 1956 ingresa en la Escuela de Bellas Artes de San Fernando pero un año después abandona los estudios académicos y viaja por Europa visitando París, Frankfurt, Ginebra y Bolonia.
Durante los años ochenta, noventa y primera década del dos mil, continúa su labor pictórica, alternando exposiciones por la provincia de Málaga con otras exposiciones nacionales e internacionales: México (1984), Hannover (1985), Madrid (1986-1987), Sevilla (1988), Zamora (1990), Nueva York (1995-2001), Chicago (2001), Tokio (2002) y Roma (2003).
El tema central de este periodo es la figuración humana, especialmente el retrato, con una cuidada disposición y composición del motivo principal.