[4]En estos años también participa en la fundación de la revista Floresta, gracias a lo que conoce a su futura mujer, María Luisa Díez Canedo (hija de Enrique Díez Canedo).
Partió al exilio en las postrimerías de la guerra civil y se instaló en México.
[1] Allí escribió poesía, participó en diversas publicaciones periódicas y estuvo en contacto con otros integrantes del exilio republicano español en el país.
También estuvo en otros países del continente americano como Chile, a donde llegó en 1952 como alto funcionario de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) de Naciones Unidas.
[4] Habiendo realizado su primer viaje a España en 1969, regresa definitivamente a la muerte del dictador (1975), donde colabora con el Centro Internacional de Formación de Ciencias del Ambiente (CIFCA) de Madrid (1976-1980).