Con ocasión de su ordenación estrenó una misa en su ciudad natal, cantada por la Schola Cantorum del Seminario y dirigida por su antiguo maestro, Marfany.
Durante su magisterio lucense compuso algunas obras en gallego y realizó algunas armonizaciones de canciones populares.
Permanecería allí durante un curso académico como alumno de Licinio Refice en composición y de Rafaelle Manari en órgano, diplomándose en canto gregoriano en la Scuola Pontificia di Musica Sacra.
En honor del patrón de esta ciudad compuso una celebrada Misa para coro y órgano.
Una obra representativa de esta época es la misa Redemptrix captivorum (1945), a tres voces y órgano.
La tercera etapa va desde 1958 hasta su fallecimiento, marcada por los oratorios para solista, coro y orquesta sinfónica, de los que se puede destacar su Pontifical de Flames (1959-1960), en conmemoración del martirio del obispo Fructuoso.