En su primera época, se dio a conocer como pintor, con notable éxito, cultivando el género paisajista.
Viajó por el extranjero (México, Italia, Nueva York y París, completando su formación artística.
Concluida la guerra civil, tuvo como compañero en sus empresas escenográficas al dibujante Emili Ferrer i Espelt.
En la revista Destino alcanzaron gran popularidad sus chistes gráficos en la vida barcelonesa, bajo el seudónimo de Jip.
En Italia trabajó asimismo como decorador para las revistas de Walter Chiari, Nino Taranto y Wanda Osiris.