Ese mismo año murió su hermano y François se asoció con su padre, que volvió de nuevo a la actividad, fundando la compañía Jacob-Desmalter et Cie.
Eran muebles opulentos, que enfatizaban el imperialismo de la situación política del momento, con preferencia por temas exóticos y orientales, preferentemente egipcios (égyptiennerie), debido a la campaña napoleónica en Egipto y Siria (1798-1801).
Así, eran habituales motivos como esfinges, leones, cisnes, cornucopias, etc.
Durante estos años el taller de los Jacob alcanzó una producción casi industrial.
[4] Georges Jacob se retiró definitivamente en 1813, con lo que François siguió en solitario.