En 1799 se casó con Adélaïde Labille-Guiard, pintora de gran fama y talento que había sido instruida en su niñez por el padre de François-Élie en la miniatura y por su propio marido en la técnica al óleo.
Durante la Revolución francesa sus ideales monárquicos le enfrentan aún más a David.
Al final de su vida su actividad profesional se vio disminuida por problemas de salud, aun así, tras su muerte, siguió recibiendo honores oficiales.
Fue influenciado por el arte clásico de la Antigüedad, por maestros del Alto Renacimiento italiano, especialmente Rafael, e incluso por contemporáneos como Jean-Honoré Fragonard.
Al igual que su rival David, Vincent fue responsable de un importante taller en el que se formarían numerosos artistas, tales como Pierre-Nolasque Bergeret, Charles Thévenin, François-Joseph Heim, Charles Paul Landon, Isabelle Pinson y Charles Meynier.