Fractura de fémur

Puede ser una fractura por fragilidad, debido a una caída o traumatismo menor, en una persona con osteoporosis que debilita sus huesos.La resonancia magnética, una tomografía computarizada o una exploración ósea pueden ser necesarias ocasionalmente para hacer el diagnóstico.[2]​ El manejo del dolor puede incluir opioides o un bloqueo nervioso.Las opciones para la cirugía pueden incluir un reemplazo total de cadera o estabilizar la fractura con tornillos.Se recomienda el tratamiento para prevenir coágulos sanguíneos después de la cirugía.Se conocen comúnmente como "fracturas de cadera", aunque en realidad este nombre no es correcto, pues lo más frecuente es que no se afecte la articulación.El primer aspecto tiene importancia en cuanto al compromiso vascular del cuello y cabeza femoral.[6]​ Las caídas son poco frecuentes en los adultos jóvenes debido a un mejor equilibrio y fuerza muscular y cuando se producen, por lo general no causan el patrón de lesión que se ve comúnmente en las personas de edad avanzada.Una persona normal no se fractura la cadera tras una caída de pie.En pacientes jóvenes en los cuales parece viable la circulación sanguínea de la cabeza del fémur, se considera el manejo con osteosíntesis mediante la reducción abierta y la fijación interna con la colocación de tornillos.En ciertos casos pueden realizarse artroplastias totales o parciales de la cabeza del fémur.En pacientes con politraumatismo se puede utilizar un fijador externo hasta que sea posible aplicar el tratamiento definitivo.