La fotodermatitis, a veces denominada intoxicación solar o fotoalergia, es una forma de dermatitis alérgica de contacto en la que el alérgeno debe activarse mediante la luz para sensibilizar la respuesta alérgica y provocar una erupción u otros efectos sistémicos en la exposición posterior.
La segunda exposición y las posteriores producen afecciones cutáneas fotoalérgicas que a menudo se presentan como eccematosas.
La fotodermatitis puede provocar hinchazón, dificultad para respirar, sensación de quemazón, erupción roja con picor que a veces se asemeja a pequeñas ampollas y descamación de la piel.
Muchos medicamentos y afecciones pueden causar sensibilidad al sol, entre ellos: La fotodermatitis también puede ser causada por plantas como Ammi majus, chirivía, perejil gigante (Heracleum mantegazzianum), ruda común (Ruta graveolens) y Dictamnus, un género de plantas con flores de la familia Rutaceae con una sola especie Dictamnus albus, comúnmente llamada Zarza ardiente.
La prevención incluye evitar la exposición a sustancias químicas que puedan desencadenar la reacción, como usar guantes, o evitar la luz solar o usar protector solar,[2][3]preferiblemente con al menos factor 30 y con un alto nivel de protección UVA en el área afectada.