Dirigió a su pueblo desde el Rin hasta la Gallaecia, donde, tras someter a la población, firmó un foedus (411) con el Imperio mediante el cual su pueblo se establecía en la provincia de la Gallaecia, constituida como regnum federado de Roma bajo el gobierno de un rex (rey), el propio Hermerico, que acepta como superior la autoridad del emperador, además adoptó el nomen Flavius (Flavio) como muestra de su sumisión y romanización, siendo utilizado por sus sucesores.
La parte occidental de la Gallaecia fue para los suevos, en tanto que la oriental correspondió a los vándalos asdingos,[1] dirigidos por su rey Gunderico.
[2] Sin embargo, con la ayuda romana consiguió derrotar a estos enemigos y arrinconarlos en la Bética.
El establecimiento de los suevos, según escribe Idacio, se hizo sobre una población nativa que retuvo en su poder las fortalezas más seguras.
Fue entonces cuando asoció a su hijo Flavio Requila al trono, ya que se encontraba enfermo.