Requila

Pagano ferviente, adoptó una actitud muy agresiva contra la población e Iglesia católicas, favoreciendo al clero priscilianista.

Firmó un nuevo foedus con Roma y alianzas con los bagaudas, grupos bandoleros muy organizados formados por campesinos empobrecidos, esclavos fugados, desertores y toda clase de opositores a la sociedad romana, que asolaban el valle del Ebro.

Dirigió diversas campañas por Lusitania y la Bética, retornadas al poder romano tras las campañas del visigodo Walia y el paso de los vándalos silingos a África.

Tras hacerse con el poder emprende una campaña militar adentrándose hasta tierras de la Bética oriental.

Sólo la Tarraconense y la costa levantina, aún bajo dominio imperial, escaparon a su control, aunque realizó incursiones en esos territorios.

Conquistas de Requila (438-448).