En un sentido más amplio se ha empleado para referirse a todos los flujos financieros relacionados con mitigación y adaptación.
[5]Por su parte, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) describe el financiamiento climático como "los flujos de capital destinados a promover un desarrollo bajo en carbono y resiliente al cambio climático, los cuales pueden provenir tanto del sector público como privado.
[6] Numerosas iniciativas están en marcha para realizar un seguimiento de los flujos del financiamiento climático internacional.
[11] Por tanto, el capital requerido para satisfacer la demanda energética hasta 2030 se eleva a US$ 1,1 billones anuales de media, distribuido (casi equitativamente) entre las grandes economías emergentes (China, India, Brasil, etc.) y los restantes países en desarrollo.
India fue el país que recibió la mayor cantidad total, seguido por Ucrania y Chile.
Estados Unidos es el mayor donante de estos 4 fondos, mientras que los noruegos son quienes más contribuyen por persona.
Los bancos de desarrollo multilaterales también invierten enormes sumas en la mitigación del cambio climático y la adaptación a él.
Varios países en desarrollo ya han establecido fondos nacionales que reciben y canalizan el financiamiento climático de diversos donantes.
[19][20] En otros casos es al revés y las tecnologías respetuosas con el clima son más baratas[21] que las dañinas.
[22] Por tanto cada vez se reconoce más que hará falta dinero privado para cubrir el déficit de financiamiento climático.
La bancabilidad del proyecto y la fiabilidad crediticia de sus promotores son por tanto prerrequisitos para atraer el dinero privado.