Knicks gana las series 4-3 Durante la temporada regular, los Lakers y los Knicks se vieron las caras en seis ocasiones (la liga la formaban entonces 14 equipos), jugando tres encuentros en el Madison Square Garden y otros tres en The Forum.
Fue elegido MVP del All-Star Game, y poco después MVP de la liga, rematando la faena en las Finales, donde fue también elegido mejor jugador, convirtiéndose en el primer jugador en alcanzar los tres galardones el mismo año.
Cazzie Russell aportó puntos en ataque, y sólo la relajación final del equipo de Nueva York en los últimos 8 minutos hizo que el marcador acabara en 124-112.
A falta de un minuto, Walt Frazier anotó una canasta que igualaba el encuentro a 103. en la jugada siguiente, Riordan cometió falta sobre Jerry West, que anotó los dos tiros libres poniendo el marcador 105-103.
Los Lakers pidieron tiempo muerto, y nada más reanudarse el partido Barnett hizo algo inteligente, una falta personal rápida a Chamberlain, que sólo tenía un 45% de acierto desde la línea.
Los Lakers no disponían ya de tiempos muertos, así que Chamberlain sacó rápido sobre West, quien, tras driblar a su defensor, lanzó desde más allá de medio campo, consiguiendo una canasta sobre la bocina que llevaba el partido a la prórroga.
Barnett anotó 6 de 7 lanzamientos en el primer cuarto, pero West respondió para los Lakers.
A pesar de tener un esguince en su dedo pulgar, jugó 52 minutos anotantdo 37 puntos, con 18 asistencias y 5 rebotes.
Entonces sacó a pista a Bill Hosket, que no había jugado ni un solo minuto en todos los playoffs, que sujetó bien al pívot angelino, pero no era suficiente, llegándose al descanso con una desventaja de 13 puntos.
Los Lakers trataron de administrar su ventaja buscando a su pívot, pero perdieron balones continuamente.
West fue incapaz de anotar un solo lanzamiento en toda la segunda parte, mientras que Chamberlain anotó sólo 4 puntos, a pesar de ser defendido en muchos momentos por hombres bastante más bajos que él, como DeBusschere y Dave Stallworth.
New York gana las series, 4–3 El séptimo partido se presentaba con la incertidumbre de si Reed podría jugar.
En el vestuario de los Lakers se vivía una situación parecida, con West lesionado en ambas manos, recibiendo también infiltraciones por parte del cuerpo médico para poder saltar a la cancha.