Sus obras constituirán todo un referente para escultores europeos posteriores, como el marsellés Antoine Duparc.El ya famoso pintor Domenico Piola le procuró numerosos clientes entre los nobles genoveses y, al comprobar su talento, le instó a dedicarse de manera decidida a la escultura.[5] En 1679, por encargo de Eugenio Durazzo , realizó algunas esculturas para el palacio Balbi Durazzo (ahora conocido como palacio Real), en Génova; una de tema religioso (Cristo alla Colonna[6]), para la capilla privada, y algunas figuras mitológicas (la Metamorfosis de Ovidio: Venus, Clizia, Adonis y Jacinto) para el jardín.[7] También esculpió cuatro grandes estatuas de los santos Taddeo, Mattia, Filippo y Marco para la iglesia italiana en Lisboa (la estatua de San Marcos fue destruida por el terremoto que azotó la capital portuguesa en 1755).En los últimos años, todavía produjo en Génova muchas otras estatuas, monumentos funerarios, fuentes, bustos, que adornaban iglesias y palacios.Parodi también trabajó con Giacomo Antonio Ponsonelli (1654-1735) un escultor italiano del barroco tardío que también era su yerno.
Ercole con in mano i pomi delle Esperidi
, en el palacio del Melograno en plaza Campetto, Génova