Filippo Archinto
Ofició como embajador de parte del Senado de Milán ante la corte de Carlos I en Valladolid y Barcelona, fue auditor general del gobernador Antonio de Leyva, y representante del Milanesado en la ceremonia de coronación del emperador en Bolonia en 1529.[3] A instancias del rey Felipe II de España, el papa Paulo IV le nombró arzobispo de Milán en 1556, aunque las diferencias habidas con la curia milanesa impidieron su toma de posesión efectiva.Vivió sus últimos años retirado en Bérgamo, en cuya diócesis ejercitó las labores episcopales en ausencia del obispo Vittore Soranzo, que estaba acusado de herejía.[4] Fallecido en esta ciudad a los 58 años de edad, su sucesor en el arzobispado milanés Carlos Borromeo ordenó el traslado de sus restos a la catedral de Milán.Dejó escrita una obra de corte teológico, Christianum de Fide et Sacramentis edictum, publicada en 1545;[1] y Oratio de nova christiani orbis pace habita (Roma, 1544).