El filetismo o etnofiletismo (del griego ἔθνος ethnos «nación» y φυλετισμός phyletismos «tribalismo») es el principio de nacionalidades aplicado en el ámbito eclesiástico: en otras palabras, la fusión entre Iglesia y nación.
[1] Después de su emancipación del Imperio Otomano, las iglesias balcánicas libremente desarrollaron sus identidades nacionales y su vida religiosa.
Aun así, estos desarrollos liberales eran a menudo marcados por rivalidades nacionalistas.
El término filetismo fue acuñado en el Santo y Gran Sínodo pan-ortodoxo que se reunió en Estambul (entonces Constantinopla) en 1872.
El descontento con la supremacía del clero griego en Bulgaria había empezado a aumentar en varias diócesis búlgaras ya en el decenio de 1820.
El problema es que las diócesis ortodoxas (oficialmente llamadas "jurisdicciones") en la diáspora se superponen unas a otras.
Esta situación viola el principio canónico de territorialidad: que cada ciudad y provincia debe tener su propio obispo único.
En los Estados Unidos, la mayoría de las parroquias ortodoxas orientales son etnocéntricas, es decir, se centran en servir a una comunidad étnica que ha inmigrado del extranjero (por ejemplo, griegos, rusos, rumanos, finlandeses, serbios, árabes, etc.) Muchos cristianos ortodoxos deben viajar largas distancias para encontrar una iglesia local que sea familiar para su origen étnico.
[9] Sin embargo, el Patriarcado Ecuménico afirma que es la única autoridad canónica legítima para todos los ortodoxos que viven en Europa Occidental, tanto teniendo en cuenta el canon 28 del Concilio de Calcedonia, como también porque desde el siglo XI el Patriarca y Papa de Roma ya no puede ofrecer atención pastoral a los ortodoxos en Occidente y la sede de Constantinopla es el Patriarcado más cercano, geográficamente, que puede ofrecer dicha atención.
Tras la desintegración de la Unión Soviética, surgieron divisiones dentro de la comunidad ortodoxa en Estonia quienes deseaban permanecer bajo la autoridad rusa y quienes deseaban regresar a la jurisdicción del Patriarcado Ecuménico, y la disputa a menudo se desarrollaba por motivos étnicos.