Filareto Brajamio (o Vahram) (en armenio Փիլարտոս Վարաժնունի; en griego Φιλάρετος Βραχάμιος) fue un político y militar armenio-bizantino del siglo XI.
Personaje controvertido, estableció un principado autónomo —que perduró hasta los años 1080 y que estableció las bases del futuro reino armenio de Cilicia— antes de perder sus territorios paulatinamente.
[2] Sus relaciones con Constantinopla no mejoraron hasta 1078, cuando Nicéforo III Botaniates reconoció oficialmente su gobierno autónomo en los territorios separados del Imperio por los selyúcidas.
[9] El principado fundado por Brajamio fue, empero, efímero, y fue perdiendo sus territorios progresivamente, a pesar incluso de que este se convirtiese fugazmente al islam.
[12] Varios de sus lugartenientes lograron sin embargo mantener sus dominios, como Gabriel, Thoros y Basilio el Ladrón; los rupénidas, por su parte, se refugiaron en las montañas cilicias y constituyeron allí el embrión del futuro reino armenio de Cilicia, del que el señorío de Brajamio fue involuntario precedente.