No me dejes volver a ver tu cara otra vez.'
Aunque el sacerdote acepta carne como un regalo, la tradición cristiana del monasterio no sacrifica animales.
[4] Tradicionalmente, los musulmanes protegían la entrada de la iglesia y daban la bienvenida a los peregrinos.
En el islam, se ofrecen dos tipos de sacrificios: El primero es el dhabihah, el cual requiere que un-tercerio del cordero sea consumido por su dueño, mientras que los dos-los tercios restantes serían dados a Alá como una caridad.
La segunda ofrenda es de un animal vivo, legado como regalo a San Jorge.