Su propósito principal era reafirmar los estrechos lazos existentes entre Amón-Ra y el rey, la "encarnación viviente de Horus sobre la tierra".Al llegar a la orilla del Nilo, estas barcas procesionales con las estatuas divinas, se colocaban en barcos fluviales, incluida la más grande, la Userhat ("proa poderosa") de Amón, "un verdadero cedro del Líbano", que medía unos setenta metros.Una vez realizados estos solemnes rituales, el cortejo divino entraba en la columnata de Amenhotep III, a través del patio solar y penetraba en la oscuridad del santuario donde el rey daba la bienvenida, rodeado por sus más altos dignatarios.Las ceremonias que tenían lugar en el interior del sancta sanctorum, lejos de las multitudes, nos son en gran parte, desconocidos.Este milagro transfiguraba el mismo ka real, por reciprocidad,[2] y la naturaleza divina del príncipe se reafirmaba.