Cuenta la leyenda que un 21 de noviembre del 1857, un pastor durante su labor diaria se encontró de pronto junto a un bofedal una paloma blanca que tomaba agua; junto a ella había un arbusto denominado ñuñumaya.
Ambos no eran típicos del lugar por lo que se le generó una especie de sospecha al pastor.
Luego la paloma realizó su próximo vuelo a unos 30 m, dado así tres saltos; finalmente capturando en sus manos.
Pero esta se transformó en un relicario que hoy en la actualidad lleva la Virgen de los Remedios en el pecho, dando lugar así a, como hoy se le llama, "El Milagro".
"Oído el parecer del P. Vicario General y de los Sres.