Arica en realidad nació como un humilde villorrio en las márgenes del río San José y fue fundada como ciudad en 1584.
Hay evidencia de esto gracias al meticuloso trabajo histórico del padre Fernando Montesinos, párroco de Potosí y visitador eclesiástico en Arica en 1634.
Un gran terremoto y tsunami en 1604 arrasó completamente la antigua ciudad y esta tuvo que ser refundada a los pies del morro a principios de 1605.
Luego los mercedarios y los franciscanos que en 1637 fundaron el convento de San Francisco.
A ellos se suman en 1898 4 hermanas de Santa Ana; y en 1933 los padres vicentinos (lazaristas).
[2] Fue nombrado administrador apostólico el Padre Miguel Squella Avendaño, y lo sucedió en 1963 Ramón Salas Valdés.
En 1981 llegaron a la diócesis las hermanas dominicas de Namur.
[3] Su primer obispo fue Salas, quien en 1993 renunció por edad y fue sucedido por Renato Hasche Sánchez S.J.
Los padres escalabrinianos lo hacen en 2004 y finalmente en 2006 llegan a Arica las hermanas contemplativas del Cenáculo.