[5] En las primeras décadas del siglo XX, la tuberculosis azotó al país y muchos enfermos decidieron trasladarse al Valle de Punilla para sanar debido a las bondades del clima de la zona.La convocatoria dio resultado rápidamente, los creadores fueron vecinos con renombre en la ciudad como el Dr Santos Sarmiento, Reynaldo Wisner, Germán Cassenave y Gerardo Barrera, entre otros.En esa época inicial se destacaron Atahualpa Yupanqui, Ariel Ramírez, Los Chalchaleros, Los Fronterizos, Jorge Cafrune, Alfredo Zitarrosa, Hernán Figueroa Reyes y se dieron a conocer Mercedes Sosa (presentada sin el aval de la organización del Festival, ya que pertenecía a una lista de artistas que eran censurados por el gobierno de la época) [1] [2] y Horacio Guarany entre otros que también supieron constituir el Nuevo Cancionero de los 1960.Sus organizadores tuvieron entonces el acierto de organizar el Festival de Cosquín, no solo como un encuentro nacional musical, sino como una vivencia folclórica integral, con centro en las famosas peñas folclóricas fuera del evento oficial, en las que músicos de todas las procedencias y libremente cantan toda la noche «hasta que las velas no ardan».[6] En 1967 Atahualpa Yupanqui obtuvo el primer premio del festival y en 1972 se decidió ponerle su nombre al escenario de Cosquín.También han sido invitados artistas folclóricos de otras nacionalidades, como por ejemplo, Alfredo Zitarrosa, Los Kjarkas, Illapu, Inti Illimani entre otros.Los locutores con el paso de los años fueron Ricardo Shmider, Carlos Uro Gutiérrez, Clidis Suares, Miguel Ángel Gutiérrez, Mabel Lema , Liliana López Foresi, Carlos Franco, Esteban Gómez, Maia Sasosvsky, Marcelo Simón, Marcelo Iribarne, Fabián Palacios.El escenario está dotado con un plató que puede girar 180° para hacer más rápido la sucesión de los artistas.César Perdiguero alguna vez definió a Cosquín como "el lugar de la Gran Coincidencia Nacional".La versión original y más conocida de esta canción fue interpretada por el grupo Los Cantores del Rosario.Siega la copla río cantor, para que crezca nombrando al amor.En la cruz del camino, nació una estrella, para alumbrar el canto de nuestra huella.También han realizado sus versiones: En 1995 la Fundación Konex le otorgó una Mención Especial por su invaluable aporte a la Música Popular Argentina.
El gigantesco escenario se agranda realzado por grandes pantallas que amplifican la visión del espectáculo.
Estatua que rinde homenaje al recuerdo de la gran cantante folklórica Mercedes Sosa, ubicada en una de las puertas de ingreso al escenario.
Homenaje al recordado cantante folklórico Jorge Cafrune, ubicado al lado de una de las entradas al anfiteatro.
Homenaje al recordado cantante folklórico Hernán Figueroa Reyes, ubicado al lado de una de las entradas al anfiteatro.
La feria de artesanías durante las noches del festival despierta gran interés, congregando multitudes que la visitan diariamente.
El verdadero festival se vive en las calles que rodean a las dos plazas, la del anfiteatro y la de artesanías, donde actúan grupos semiprofesionales de diversa calidad y se muestra toda la viveza popular.
En el balneario La Toma de
Cosquín
se baila y canta todo el día, durante las nueve lunas del festival.
La parroquia frente al anfiteatro Próspero Molina, con la calle siempre atestada de gente que deambula las nueve lunas festivaleras.