La fertirrigación o fertirriego es aportar al suelo los nutrientes que necesitan los cultivos disolviéndolos en el agua de riego.
La fertirrigación se emplea para añadir nutrientes adicionales o corregir deficiencias nutritivas detectadas en el análisis del tejido vegetal.
Generalmente se practica en cultivos de alto valor, como verduras, césped, árboles frutales y plantas ornamentales.
Al igual que el nitrógeno, las plantas necesitan estos átomos para vivir, pero deben formar parte de otros compuestos, como el fosfato monoamónico o el diamónico, para que los vegetales puedan incorporarlos a su metabolismo.
Todos los sistemas deben colocarse sobre una plataforma elevada o sellada, no en contacto directo con la tierra.