Fenicismo

La Iglesia maronita siempre ha cumplido un papel fundamental en la formación de la historia política del Líbano.Es el caso del patriarca Nicolás Murad, quien en su obra Notice historique sur l’origine de la nation maronite et sur ses rapports avec la France, apuntaba a la necesidad de crear una entidad política maronita en el Líbano.Posteriormente, esta narrativa sería recuperada por los fenicistas para crear el mito fundacional del Líbano como nación.Un ejemplo es el de Henri Lammens, quien en su obra La Syrie; précis historique[5]​ acuña la idea del Líbano como asilo para minorías perseguidas (como los cristianos) por la amenaza de la ocupación arabo-islámica, sentando así la base para una identidad cristiana sirio-libanesa separada[6]​.Esta agrupación daría lugar a grandes personalidades dentro de la esfera del Fenicismo, como Yusuf al-Saouda.Este autor glorificó la cultura fenicia y la herencia que supuestamente había impreso en el pueblo libanés.[10]​ Cabe añadir que muchos miembros de la Alliance Libanaise en Alejandría —la ciudad egipcia se había convertido en un importante destino para los inmigrantes libaneses en los años previos— no reducían el Fenicismo al contexto libanés, sino que lo extendían a Siria.Posteriormente, otros autores como Michel Chicha y Hector Klat se vieron influidos por la fórmula nacionalista de Barrès, pues resultaba propicia para dar forma al nacionalismo libanés al tratar la identidad como una cuestión puramente cultural y no racial, étnica o lingüística.[1]​ De este modo, los fenicistas podían esquivar fácilmente su identidad árabe para reivindicarse a sí mismos como fenicios basándose en mitos culturales creados exprofeso.La potencia europea fomentó nuevas identidades locales para apoyar su política de partición del territorio.[7]​ Durante los años del Mandato, la identidad nacional del Líbano sería todavía un sujeto más que disputado en el terreno político y social entre las diferentes ramas ideológicas que se encontraban presentes en la región.Por otro lado, la universidad de Saint-Joseph seguía diseminando las ideas fenicistas entre sus estudiantes, quienes ocuparían puestos importantes en la administración pública, el comercio, la banca y la política.Por supuesto, toda esta labor tenía por objetivo la propagación de una idea nacionalista libanesa que a veces se basaba en el relato mítico del pasado fenicio.Por otro lado, una línea más dura que defendía la identidad fenicia y que presentaba el Líbano como un bastión nacional cristiano, una «Nueva Fenicia», frente a una mayoría árabe-musulmana[11]​ opuesta a él cultural e ideológicamente.De entre sus aportaciones, también cabría destacar su papel como puente entre oriente y occidente —epíteto que todavía hoy se otorga al Líbano— e incluso haber descubierto el continente americano.Así, cada ideólogo interpreta de forma distinta la identidad libanesa basada en el pasado fenicio.Por su parte, Michel Chiha, político, se sirvió del Fenicismo desde un punto de vista más pragmático.Esta solución también le servía para atajar otras cuestiones delicadas ligadas a la identidad nacional, como la presencia de varios idiomas.Al igual que en otras narrativas nacionalistas europeas, Aql relaciona estrechamente la civilización con el cristianismo y crea una figura mística a la que atribuye las virtudes de la nación libanesa: Cadmo, el héroe fenicio fundador de Tebas.La oposición al Fenicismo se produjo cuando el nacionalismo cristiano libanés lo incorporó a su agenda, alrededor de 1914.Entre aquellos que se enfrentaban a los fenicistas encontramos autores de todas las confesiones —musulmanes suníes, chiíes, drusos y hasta otros cristianos— e ideologías, de entre las que se encontraban muy presentes otros nacionalismos árabes o locales.En otro ámbito, existían cristianos nacionalistas que reivindicaban su identidad árabe frente a la fenicia.Constantín Zurayk, un damasceno ortodoxo griego, defendía un nacionalismo árabe apoyado en la lengua, la historia y la religión.Así, los cristianos y los musulmanes sería hermanos inseparables dentro del seno de la nación árabe.
Henri Lammens
Charles Corm
Said Aql, a la izquierda
Amin al-Rihani
Antún Saade