Felipe de Mallorca

Después de varios años, sin embargo, Felipe decidió abandonar la orden de los dominicos, por lo que en algunas zonas comenzó a correr la voz de que el niño era el anticristo (porque se creía que el Anticristo sería un exmonje).

Ramon Llull, en su panfleto sobre la Navidad (De natal párvulos pueri Iesu) define el príncipe como "ilustrado, devotus te humilis".

En 1313 Clareno pasó cincuenta días en la corte del príncipe Felipe en Mallorca.

Desde entonces, la amistad entre ambos se hizo más profunda cada día, hasta que Clareno llegó a ser asesor indispensable de Felipe, y en él se debió sin duda los posicionamientos religiosos cada vez más extremas del príncipe.

Fue seguramente por esta influencia y para asegurarse de que no quedara cautivado totalmente por las ideas de Clareno, que el Papa Juan XXII le ofreció a Felipe en 1317 la diócesis de Miralpeix, la que él renunció, al igual que el año anterior también había renunciado a la Arzobispado de Tarragona.

El nombramiento como sucesor del pequeño Jaime agitó durante algún tiempo la ira del rey Jaime II de Aragón, que reclamó para sí el reino de Mallorca.

Situado temporalmente al mando del reino, Felipe se vio obligado a cumplir con este acuerdo, aunque significaba para la gente pagar altos impuestos para cubrir los costes de la guerra.

En Mallorca, permanecieron sus seguidores en contacto con los fraticellis que se extendieron por Italia y la Provenza.