Cerdeña era abundante en recursos naturales como plata y sal y tenía una próspera economía agropastoral; además, su ubicación geográfica aseguraba un mayor control sobre el Mediterráneo occidental y la isla misma era una base indispensable para la creación de la llamada "ruta de las islas" que permitía reducir a la mitad el tiempo de navegación para llegar los ricos mercados del Mediterráneo.
En 1368, una ofensiva arbórea logró casi expulsar a los aragoneses de la isla, reduciendo el "Reino de Cerdeña" a las ciudades portuarias de Cagliari y Alguer e incorporando todo lo demás a su propio reino.
Un tratado de paz devolvió a los aragoneses sus posesiones anteriores en 1388, pero las tensiones continuaron y en 1391 el ejército arbóreo dirigido por Brancaleone Doria volvió a arrastrar la mayor parte de la isla al dominio arbóreo.
Esta situación duró hasta 1409 cuando el ejército del Juzgado de Arborea sufrió una fuerte derrota por parte del ejército aragonés en la Batalla de Sanluri.
El sometimiento de Cerdeña había tomado un siglo, Córcega, que nunca había sido derrotada por los genoveses, fue eliminada del título formal del Reino.