Federico de Castro y Fernández
[1] Ingresó en el bachillerato a los nueve años en el Colegio de San Alberto de Sevilla, concluyéndolo en Filosofía.Compagina su labor docente con la investigación y defiende en 1861 en Madrid su tesis doctoral.[1] A pesar de que la mayoría de los krausistas viraron hacia el positivismo, Castro se mantuvo fiel a la metafísica panenteísta y a su analítica idealista, y para 1896 podía ser considerado como el único representante del krausismo en Sevilla.Pero no fue un mero divulgador del krausismo, sino que disintió en importantes aspectos doctrinales, inclinándose hacia una actitud más empirista.Cuentan las crónicas de la época que debido al gran aprecio que le tenían, sus “alumnos se disputaron el honor de llevar su féretro desde la casa mortuoria hasta el cementerio de San Fernando”.