Esas diferencias afectan en la producción y/o función de proteínas específicas que participan en los distintos procesos por los cuales pasa un medicamento en el organismo (absorción, distribución, metabolismo y excreción), generando variabilidad en la respuesta a los fármacos, determinada por las variantes genéticas de cada individuo.
Existen factores fisiológicos y ambientales comunes que causan diferentes efectos de los medicamentos entre los pacientes.
Sin embargo, incluso cuando se tienen en cuenta estos factores, sigue habiendo una gran variabilidad en la respuesta individual al fármaco.
[3] La variabilidad interindividual en respuesta a los fármacos complica el descubrimiento y la aprobación de nuevos medicamentos.
Identificar el origen de la variabilidad en la respuesta al fármaco ayuda a desarrollar medicamentos seguros y eficaces en el paciente elegido correctamente.
Entender el funcionamiento del genoma y la influencia que podría tener en la efectividad de ciertos fármacos se cree será la "clave" para crear drogas personalizadas que tengan una gran eficacia y efectos secundarios mínimos.
[8] Aunque la distinción pareciera arbitraria y que ambos términos se usan indistintamente, ha aparecido una gran cantidad de artículos sobre farmacogenómica en varias revistas.
Esto facilitará el descubrimiento de fármacos y permitirá generar terapias más específicas para determinadas enfermedades.
Esta precisión no solo maximizar efectos terapéuticos, sino también disminuir el daño a las células sanas.
Medicamentos más seguros: En lugar del método estándar de ensayo y error, los médicos serán capaces de analizar el perfil genético del paciente y prescribir el mejor tratamiento farmacológico disponible desde el principio.
Sin embargo, muchos autores no creen justificado que la información genética deba ser considerada única y merecedora de un tratamiento especial.
Primero porque esta postura considera la información genética como algo definitivo, (en lugar de en términos probabilísticos), sin tener en cuenta el papel ejercido por otros factores.
No obstante, esta situación podría crear problemas relacionados con la justicia distributiva, planteando si es aceptable centrar las investigaciones solo en aquellas áreas en las que se producen mayores beneficios económicos.
Ante este problema es necesario proponer alternativas como el desarrollo de incentivos que promuevan la investigación en genotipos menos frecuentes, tal y como se hace actualmente con los medicamentos huérfanos.
En consecuencia, si una población determinada es la que predomina en un ensayo clínico, el perfil farmacológico sobre la seguridad y eficacia del medicamento no sería aplicable a otra raza.