Las reinas egipcias tenían un prodigioso poder a la sombra de su esposo y también en numerosas ceremonias.
Así, no es de extrañar los casamientos entre hermanos o los aparentes cambios dinásticos cuando al difunto le sucedía un yerno.
[cita requerida] Desafortunadamente, casi la totalidad de las reinas-faraón poco o nada pudieron hacer por su país.
[cita requerida] No puede equipararse a las reinas-faraón con las últimas reinas de Egipto, que gobernaron durante la dinastía Ptolemaica (305 - 30 a. C.).
Incluso la legendaria Cleopatra VII gobernó siempre acompañada: sus hermanos-esposos y su pequeño hijo fueron los reyes nominales de Egipto, pese a no desempeñar ningún papel político.