En su seno estudiaron personajes ilustres tales como Arnau de Vilanova, Nostradamus, François Rabelais o Guillaume Rondelet entre otros.
La enseñanza médica en Montpellier nació en la práctica, fuera de todo marco institucional, a principios del siglo XII.
En 1220 el Cardenal Conrad d'Urach en nombre del papa Honorius III, concedió a la «Universitas medicorum» sus primeros estatutos.
En 1795, la Facultad dejó sus antiguos locales por los actuales, el monastère Saint Benoît, Monasterio de San Benito, antiguo obispado junto a la catedral de Saint-Pierre, San Pedro.
La contribución recíproca entre enseñanza y práctica hospitalaria no hizo más que mantenerse.
Este edificio acoge aún hoy en día los cuerpos humanos destinados a las clases de anatomía y el servicio de donaciones del cuerpo del CHU (Centre hospitalier universitaire, hospital universitario).
Los 900 volúmenes de manuscritos, cuyos dos tercios son medievales (y 59 del período carolingio), algunos ricamente ilustrados, y los 100 000 volúmenes impresos antes del siglo XIX -sin contar 300 incunables- fueron en efecto reunidos por Prunelle.
Hoy en día, la biblioteca universitaria conserva, igualmente, en 9 kilómetros lineales de estanterías todas las colecciones médicas (obras, tesis y periódicos) hasta los años 1990.
Otra sala está reservada a investigadores para la consulta de fondos patrimoniales.
Entre los célebres sabios diplomados en medicina en Montpellier, podemos citar: Nostradamus, François Rabelais, Paul Joseph Barthez, François Lapeyronie, Pierre Borel, Pierre Magnol, Guy de Chauliac, Guillaume Rondelet, Jean Astruc... De entre los profesores célebres podemos citar: Antoine Louis Dugès, Jacques Philippe Raymond Draparnaud, Augustin Pyrame de Candolle, Jacques Mathieu Delpech, Arnau de Vilanova, François Chicoyneau ...