Para 1941 se completó una segunda máquina que volvió a corroborar las bondades del diseño.
La construcción en serie fue encomendada a la firma privada Sfreddo y Paolini, pero la misma no pudo iniciarla por falta de materias primas a causa de la Segunda Guerra Mundial.
Sin embargo, para la versión en serie se optó por un motor ligeramente más potente, el Continental A-65-8 de 65 caballos y derivado directo del anterior.
Los dos prototipos de preserie anteriores con motores menos potentes fueron designados oficiosamente «F.M.A.
Los empenajes también eran metálicos, mientras que el timón llevaba compensadores «flettner» graduables; los perfiles empleados en los planos horizontal y vertical de cola, correspondían a la serie NACA 0006.