La fábrica, conocida popularmente como el Gasómetro, ocupaba la manzana comprendida entre la Ronda de Toledo, los paseos de las Acacias y los Olmos y la calle del Gasómetro.
Contaba con varios hornos, de los cuales aún se conserva una chimenea, almacenes para el carbón (materia prima para la fabricación del gas), varios depósitos de almacenaje del gas (gasómetros, de los que tomó su sobrenombre popular el complejo), fragua, así como las oficinas de la empresa e incluso viviendas para los empleados.
[2] En su proyección participó el ingeniero polaco Tomasz Franciszek Bartmański.
Los primeros en recibir el alumbrado por gas fueron los organismos oficiales, algunos palacios y lugares públicos como los teatros.
Ese año se creó una nueva empresa, Gas Madrid, mayoritariamente en manos de capital español, en la que se integró la Madrileña, aportando sus fábricas.