Exoesqueleto mecánico

En la década de 1960, comenzaron a aparecer las primeras verdaderas 'máquinas móviles' integradas con los movimientos humanos.

Un traje llamado Hardiman fue desarrollado conjuntamente por General Electric y las Fuerzas Armadas de EE.

UU.[1]​ El traje funcionaba con sistemas hidráulicos y eléctricos y amplificaba la fuerza del usuario en un factor de 25, de modo que levantar 110 kilogramos (240 libras) se sentiría como levantar 4,5 kilogramos (10 libras).

El Hardiman tenía limitaciones importantes, incluido su peso de 680 kilogramos (1.500 libras).

En 1986, un exoesqueleto llamado Lifesuit fue diseñado por Monty Reed, un guardabosques del ejército estadounidense que se había roto la espalda en un accidente de paracaídas.

El Ekso GT, fabricado por Ekso Bionics, es el primer exoesqueleto aprobado por la Administración de Medicamentos y Alimentos de los Estados Unidos (FDA) para pacientes con accidente cerebrovascular.

Por ejemplo, el traje ONYX de Lockheed Martin tiene como objetivo ayudar a los soldados a realizar tareas que son "intensivas para las rodillas", como cruzar terrenos difíciles.

El Raytheon Sarcos XOS es un exoesqueleto que está en fase de desarrollo con fines militares.

De momento ya se ha conseguido que la persona que use el XOS pueda levantar y transportar pesos con mayor facilidad sin perder agilidad, pero el “traje” aún necesita alimentación externa.

Traje prototipo de HAL .