El exilio es el hecho de encontrarse lejos del lugar natural, ya sea ciudad o nación, debido a la expatriación, voluntaria o forzada, de un individuo mientras que alguna circunstancia, generalmente por motivos políticos,[1] le impide regresar por amenazas de cárcel o muerte.
Es común distinguir entre exilio externo, la deportación fuera del lugar de residencia, y el exilio interno, ya sea por un forzado reasentamiento en el lugar de residencia o por verse coartada la posibilidad de actuar en el mismo a través de la prohibición de desarrollar sus actividades (generalmente literarias o artísticas) o de manifestar públicamente la disensión respecto al régimen.
Aunque más comúnmente utilizado para describir una situación individual, el término se utiliza también para grupos (especialmente los grupos étnicos o nacionales), o para un gobierno entero.Así, existen expresiones tales como la diáspora de refugiados y el exilio de grupo, tanto voluntario como forzoso.
Autoexilio es a menudo representado como una forma de protesta por la persona que lo reclama, para evitar la persecución o asuntos legales (como los impuestos o las denuncias penales), un acto de vergüenza o arrepentimiento, o el aislamiento de uno mismo para poder dedicar tiempo a una cosa particular.
Algunos autores utilizan el término exiliado con el sentido de refugiado.