Los fieles se concentran en las ciudades de Jerusalén, Jaffa, Lod, Haifa, Belén y Amán.
[2] Jerusalén fue la sede de un obispo ortodoxo siríaco al menos desde el siglo VIII.
[3] Durante la mayor parte del período cubierto por las listas de Miguel el Sirio, ambas diócesis tuvieron obispos metropolitanos.
La sede sufrió las vacancias debidas a las persecuciones en el Imperio otomano por el patriarca sirio ortodoxo.
Solo en 1973 el exarca estableció su residencia en la vía de los Caldeos, donde en 1986 se construyó la iglesia de Santo Tomás y los anexos Foyer Saint Thomas y el centro juvenil.