Esto solo es posible si la evidencia está en posesión de la persona, lo que ha llevado a varios epistemólogos a concebir la evidencia en forma de estados mentales privados como experiencias u otras creencias.
En la filosofía de la ciencia por otro lado, evidencia se entiende como lo que confirma o desconfirma hipótesis científicas y arbitra entre teorías en competencia.
Para este papel, es importante que evidencia sea pública y no controvertida, como objetos o eventos físicos observables y a diferencia de los estados mentales privados, para que evidencia pueda fomentar el consenso científico.
En este contexto, suele entenderse como lo que es observable, en contraste con los objetos inobservables o teóricos.
En general, se acepta que la percepción sin ayuda técnica constituye observación, pero se discute hasta qué punto los objetos accesibles solo a la percepción con ayuda técnica, como las bacterias vistas a través de un microscopio o los positrones detectados en una cámara de niebla, deben considerarse observables.
El racionalismo acepta plenamente que hay conocimiento a priori, que es o rechazado rotundamente por el empirismo o aceptado solo de manera restringida como conocimiento de las relaciones entre nuestros conceptos, pero no como perteneciente al mundo externo.
Hay varias teorías en competencia sobre la definición exacta de los términos "evidencia" y "empírico".
[6][7] Algunos filósofos restringen la evidencia aún más, por ejemplo, a solo estados mentales conscientes, proposicionales o fácticos.
[2] Restringir la evidencia a los estados mentales conscientes tiene la consecuencia implausible de que muchas creencias cotidianas sencillas serían injustificadas.
Por eso es más común sostener que todo tipo de estados mentales, incluidas las creencias almacenadas, pero actualmente inconscientes, pueden actuar como evidencia.
[6][2] En la filosofía de la ciencia, se entiende por evidencia lo que confirma o desconfirma las hipótesis científicas y arbitra entre teorías en competencia.
Dos asuntos que amenazan este papel son el problema de la subdeterminación y la carga teórica.
[15][16] La visión tradicional propone que evidencia es empírica si está constituida por o accesible a la experiencia sensorial.
Esto implica experiencias que surgen de la estimulación de los órganos sensoriales, como experiencias visuales o auditivas,[2] pero el término se usa a menudo en un sentido más amplio que incluye recuerdos e introspección.
Una forma de evitar estas dificultades es sostener que es un error identificar lo empírico con lo observable o sensible.
La proposición "algunos solteros son felices", por otro lado, solo es conocible a posteriori, ya que depende de la experiencia del mundo para su justificación.
La justificación paradigmática del conocimiento a posteriori consiste en la experiencia sensorial, pero también suelen incluirse en ella otros fenómenos mentales, como la memoria o la introspección.
Esto contrasta con el punto de vista racionalista, que sostiene que algunos conocimientos son independientes de la experiencia, ya sea porque son innatos o porque se justifican solo por la razón o la reflexión racional.
Pero las personas confían en varias formas de evidencia empírica en su vida cotidiana que no se han obtenido de esta manera y que, por lo tanto, no califican como evidencia científica.