Es considerada la Ana Frank húngara por el Diario que redactó sobre sus experiencias en el curso de la II Guerra Mundial.
Apenas veía a su padre, el arquitecto Béla Heyman, porque este vivía al otro lado de la ciudad.
En 1942 Béla Zsolt fue convertido en un trabajador esclavo, pero Ágnes consiguió sacarlo de esta situación y cuando se bombardeó Budapest a principios de 1944 ambos y la hija se trasladaron a Nagyvárad / Oradea, supuestamente una población más segura.
Nagyvárad / Oradea se había vuelto húngara nuevamente en 1940 a causa del Segundo arbitraje de Viena.
Eva se consolaba pensando que su familia conservaba la cosa más preciosa, la vida.
En su diario Eva recuerda repetidamente a su amiga de la escuela Marta, cuya familia pertenecía a aquellos deportados de quienes ella sospechaba no solo que estaban muertos, sino que habían sido asesinados.
Según el embajador alemán Edmund Veesenmayer, 437.402 judíos húngaros fueron deportados en 147 trenes desde Hungría a Auschwitz.
El 18 de abril, los miembros del ejército húngaro comenzaron también a usar propiedades judías.
Los abuelos de Eva tienen que abandonar el apartamento y se ven obligados a entrar en una casa judía completamente abarrotada en el Szacsat Ut.
El padrastro Béla Zsolt se escondió haciéndose pasar por paciente en la enfermería del ghetto en Nagyvárad / Oradea durante los días de la deportación.
Béla Zsolt escribió la novela autobiográfica Nine Suitcases / Nueve maletas (1946) sobre su experiencia.
Gergely Kunt presentó una nueva edición crítica en 2010 que cuestiona el texto transmitido por la madre.