Eugenia Sacerdote de Lustig

El fascismo empezó y para 1922 todos los programas de los colegios se habían unificado.

Así que la enviaron a un colegio femenino; "liceo femenino" quería decir que después de los seis años de estudio no iban a poder ingresar a la Universidad, por eso, con su prima Rita Levi-Montalcini, decidieron estudiar para graduarse en el Liceo Masculino que les daba la posibilidad de continuar con sus estudios.

Por suerte encontraron a un profesor latinista que les ofreció apoyarlas si ellas mantenían la constancia y dedicación.

Estudiaron durante un año, desde las 5 de la mañana hasta la medianoche sin parar y consiguieron aprobar todos los exámenes.

Se acostumbró al ambiente de la medicina y empezó a interesarse mucho por los estudios en esta rama.

Pese a esto, quedó seleccionada como ayudante de la cátedra de histología del profesor Giuseppe Levi junto a Rita, Salvador Luria y Renato Dulbecco, quienes recibirían el premio Nobel en fisiología o medicina años más tarde.

Lo único le dijo fue "Por favor señorita, llame a un médico de verdad", tomándola por enfermera.

Una vez recibida, en 1936, se trasladó a Bélgica y trabajó como investigadora invitada en un instituto neurobiológico de Bruselas.

El advenimiento del nazismo en toda Europa puso cada vez más difícil la situación.

Su esposo entonces decide viajar a Brasil, para trabajar en San Paulo, mientras ella, su hija y su suegra se quedan en Argentina.