En 1848 participó en los enfrentamientos de los artesanos y trabajadores con los monárquicos.
En 1870 firma el Manifiesto de los Internacionales parisienses, en el que se pide a los socialistas alemanes que se opongan a la guerra.
En 1879 se concede una amnistía que le permite volver a Francia y reanudar sus actividades políticas, participando en la formación del Partido Obrero Francés y colaborando en el periódico "El Socialista" junto con Paul Lafargue.
Su entierro, al que acudieron miles de trabajadores, se convirtió en una manifestación popular y hubo disturbios.
Durante los días de lucha en defensa de la Comuna, escribió la obra Cantos Revolucionarios, entre los cuales Pierre Degeyter encontró en 1888 el texto de La Internacional, al que puso música y que acabó convirtiéndose en el himno del movimiento obrero mundial.