Unos dicen que era hijo de «Pántoo y la divina Fróntide»,[1] otros aseguran que nació de Abarbárea y Bucolión.
[2] Homero lo describe como «de cabellos ensortijados y sujetos con anillos de oro y plata»,[3] en tanto que Tzetzes dice que era un hombre apuesto con los mechones hermosos entre su pelo rizado, y que se trenzaba el pelo con adornos de oro.
[4] Euforbo era aún joven e inexperto en la guerra.
Pitágoras creía que su alma se había reencarnado en él, y lo demostró reconociendo el broquel o escudo de Euforbo en el templo de Apolo en Bránquidas, según afirma Heráclides Póntico, citado por Diógenes Laercio[5] y los escolios.
[6] En recuerdo suyo uno de los asteroides troyanos del planeta Júpiter lleva su nombre, el número 4.063.