La sociología contemporánea generalmente ha apuntado hacia una reconciliación de estructura y agencia como conceptos.
Estructural functionalistas como Émile Durkheim ven las estructuras y jerarquías como esenciales para la existencia de la sociedad.
En ambos casos, estas instancias estructurales pueden ser materiales (o "económicas") y culturales (relacionadas con normas, costumbres, tradiciones e ideologías).
Algunos teóricos proponen que nuestra existencia social es en gran parte determinada por la estructura de la sociedad.
Por otro lado, otras corrientes acentúan la capacidad de los agentes "individuales" para construir y reconstruir sus mundos.
La primera aproximación (enfatizando la importancia de la estructura social) dominó en sociología clásica.
Estos teóricos vieron aspectos únicos del mundo social que no podían ser explicados sencillamente por una suma de acciones individuales.
Muchos teóricos todavía siguen este curso (economistas, por ejemplo, tienden para desatender cualquier clase de holismo).
Norbert Elias (1897—1990) fue un sociólogo alemán cuyo trabajo se centró en la relación entre poder, comportamiento, emoción y conocimiento a lo largo del tiempo.
Pierre Bourdieu (1930–2002) fue un teórico francés, quién presentó su teoría de la práctica entendiendo una relación dicotómica entre agencia y estructura.
Los conceptos clave del trabajo de Bourdieu son habitus, campo y capital.
El trabajo de Bourdieu, por tanto, es una dialéctica entre "externalizar lo interno" e "interiorizar lo externo".
[4] Su acceso a la investigación sobre estructura y agencia está caracterizada por la teoría de la socialización.
En su trabajo en falsa necesidad — o teoría social anti-necesitaria — Unger reconoce los constreñimientos estructurales y su influencia de moldura sobre los individuos, pero al mismo tiempo encuentra que las personas son capaces de resistir, negar, o transcender su contexto.