Solo entonces, sostiene, puede desatarse el potencial humano en toda su amplitud y hacernos “más parecidos a Dios”.
Otávio era profesor en la Escuela Politécnica de Bahía cuando ganó popularidad al dar un discurso público sobre el Cometa Halley en 1910.
Su padre Artur, nacido en Dresde, llegó a Estados Unidos siendo un niño, se convirtió en ciudadano naturalizado y tuvo una exitosa carrera como abogado.
Artur y Edyla se conocieron en una fiesta en Estados Unidos durante el exilio de Otávio.
Estas obras llevaron al nacimiento del movimiento de Estudios Legales Críticos, corriente que Mangabeira Unger inició junto con Duncan Kennedy y Morton Horwitz.
Su meta sería proveer una teoría del cambio discontinuo y llevar la idea de la sociedad como artefacto hasta el extremo.
Estas formas son la base de la estructura social, y Mangabeira Unger las llama contexto formativo.
En el tercer volumen de Politics, Plasticity into Power: Comparative-historical studies on the institutional conditions of economic and military success, aporta el material histórico del que se nutrió para formular la teoría desarrollada en los primeros dos volúmenes.
El primer enigma es cómo las sociedad encontraron soluciones para evitar la reversión contante de una economía monetaria hacia una economía natural, y cómo Europa pudo crear las condiciones que cerraron para siempre el camino de esta reversión.
En su análisis, la economía clásica se enfocaba en las relaciones causales entre las actividades sociales, que estaban conectadas con la producción y distribución de riqueza.
Este movimiento distanció a la economía de su compromiso descriptivo y prescriptivo, en un esfuerzo por abandonar el debate sobre cómo funciona la sociedad.
Finalmente, Mangabeira Unger concluye que este viraje en la economía terminó por universalizar los debates de la macroeconomía, dejando a la disciplina sin ninguna perspectiva histórica.
Para Mangabeira Unger la economía no puede ser autista respecto a las ideas sobre la vida individual y social.
En términos generales, en lugar de tener la maximización del comercio global como meta, Mangabeira Unger señala la necesidad de abrir la economía mundial en una forma que reconcilie la apertura global con la diversificación, la herejía, el experimento a escalas nacional y regional.
Como Mangabeira Unger lo formula, la política transformadora “no tiene que ver con planos detallados, sino con caminos.
Como la Izquierda recalcitrante y la humanizante, estaría comprometida con la solidaridad social, pero “se negaría a permitir que nuestros intereses morales relacionados con la cohesión social descansen exclusivamente en transferencias de dinero realizadas por el Estado en la forma de una redistribución compensatoria y retrospectiva”.
Si bien le dan forma a nuestras interacciones, podemos cambiar su estructura y la medida en la que nos aprisionan.
La segunda parte del programa, de transformación social, implica complementar la revolución metafísica con las prácticas institucionales, creando instituciones sociales que nos permitan derrocar nuestras restricciones y nuestro contexto y hacer de ese derrocamiento no un acontecimiento singular sino un proceso continuo.
Al hacerlo, aboga por fundamentar una visión del mundo y de la causalidad que esté abierta a todas las posibilidades, que no sea un sistema cerrado de opciones en el cual nuestro futuro sea gobernado por leyes y tipologías deterministas.
Si solo hay un mundo –“empapado” completamente en el tiempo- entonces las matemáticas no pueden ser una expresión atemporal de universos múltiples que captura la realidad.
En cambio, Mangabeira Unger, sostiene que las matemáticas son un medio para analizar el mundo apartado de la distinción temporal y fenomenológica.
Mangabeira Unger mismo ha respondido a esas críticas con las propuestas de alternativas en materia económica, social y política presentes en sus obras.
Mangabeira Unger respondió con una nota que decía “incluso en las conversaciones mi estilo nunca sería considerado coloquial”.
Sin embargo, Richard Rorty y otros han derrochado elogios por sus atributos poéticos, comparando a Mangabeira Unger con Walt Whitman.
En 2000, compitió en elecciones internas para ser candidato a alcalde de San Pablo, pero el líder del partido suspendió las internas cuando se hizo evidente que Mangabeira Unger ganaría la nominación y desafiaría el control del partido.
Al acercarse la campaña presidencial de 2010, las leyes que el propondría no podrían ser aprobadas.
La así llamada “Alternativa Latinoamericana” se dispuso a aportar una visión crítica del neoliberalismo acompañada por una estrategia distinta para alcanzar un nuevo modelo de desarrollo.
Otros líderes latinoamericanos que lo firmaron fueron Ricardo Lagos, Cuauhtémoc Cárdenas, Sergio Ramírez, Fernando de la Rúa e Itamar Franco.
Al mismo tiempo, ayudó a abrir un debate franco entre la clase dirigente argentina sobre el futuro de esa nación.
Vol 3 - Plasticity Into Power: Comparative-Historical Studies on the Institutional Conditions of Economic and Military Success.