En ella, ambos autores proponían una fundamentación teórica para una sociología del conocimiento, inspirándose en buena medida en la fenomenología de Alfred Schütz, Karl Marx, Émile Durkheim y George Herbert Mead.
Destaca la importancia dada por los autores a la interacción social y al lenguaje en la construcción de la realidad.
Con frecuencia se les ha criticado por caer en una visión excesivamente idealista en la que significados y representaciones tendrían un valor predominante frente a una realidad objetiva relegada a mero producto de los primeros.
Las teorías sociológicas tempranas solían enfocarse demasiado en el conocimiento científico y teórico, pero estos son solamente una parte del conocimiento social que está relacionado con un grupo muy específico.
Esta experiencia concreta y subjetivamente única se tipifica lingüísticamente en la categoría "dificultades con la suegra".
"Al nivel del simbolismo, pues, la significación lingüística alcanza su máxima separación del "aquí y ahora" de la vida cotidiana, y el lenguaje asciende a regiones que son inaccesibles a la experiencia cotidiana (...).
El cuerpo general del conocimiento es distribuido socialmente y clasificado en campos semánticos.
Es decir, la adquisición del conocimiento específico de roles y sus normas apropiadas: “Los submundos internalizados en la socialización secundaria son generalmente realidades parciales que contrastan con el "mundo de base" adquirido en la socialización primaria.
Sin embargo, también ellos constituyen realidades más o menos coherentes, caracterizadas por componentes normativos y afectivos a la vez que cognoscitivos”.
En la socialización primaria el niño aprehende a sus otros significantes como mediadores de la realidad.