Según la leyenda, Esteno al igual que sus hermanas era una bestia nacida de los dioses marinos Forcis y Ceto,[1] aunque otras fuentes dicen que de Tifón y Equidna.
[2] Al igual que su hermana Euríale es inmortal, a diferencia de Medusa, cuyo cuello fue cortado por Perseo.
Ni siquiera era superada por la temida Medusa, a quien le fue otorgada la mirada petrificante como protección por no ser inmortal.
Esteno posee una gran fuerza física y mental: tiene la habilidad de concentrar su energía mental en la mirada, haciéndola capaz de atrapar las energías cercanas a su alrededor hipnotizando a sus agresores y deteniéndolos en el acto.
Su labor era proteger varios oráculos con pitias, encantadoras de serpientes, que representaban la fuerza y no la adivinación.