Totalitarismo

Totalitarismo es el término por el que se conoce a las ideologías, movimientos y regímenes políticos donde el Estado ejerce en la sociedad un poder «total» sin divisiones, donde no hay libertad o es muy limitada.[1]​ Tras la Segunda Guerra Mundial fue Hannah Arendt (The Origins of Totalitarism, 1951) la que lo propuso como categoría para definir a determinados regímenes e ideologías políticas, con especial referencia al nazismo y al estalinismo, y fueron Carl Joachim Friedrich y Zbigniew Brzezinski (Totalitarian Dictatorship and Autocracy, 1956) los que concretaron sus rasgos por oposición a la democracia liberal, dando nacimiento a la teoría del totalitarismo.Su libro Totalitarian Dictatorship and Autocracy se publicó en 1956 pero sigue siendo el estudio de referencia sobre el tema.El historiador español Enrique Moradiellos ha resumido los rasgos definitorios del totalitarismo tal como se expone en el siguiente cuadro:[1]​ El totalitarismo es un monismo sociológico porque su ideología supone la inexistencia y consecuente negación de la persona como un elemento individual que posee libre albedrío, y más bien considera al individuo en función de la sociedad, el ser humano es humano en cuanto a que es parte o miembro de una sociedad, no en cuanto a que es una persona para sí.El totalitarismo es un monismo político porque rige toda la estructura de poder en torno al poder político, generalmente un solo líder, absorbiendo los poderes que se afinan a este y negando los que son independientes o contrarios.A ello, el nacionalsocialismo agrega la configuración de un Estado sustentado en supuestos étnicos y racistas.Así frente a la “falacia” de la igualdad democrática (vale destacar que desde el paradigma totalitario la democracia liberal es también un totalitarismo[cita requerida]), exhiben como ideal la dicotomía superiores-inferiores.Una frase muy citada de un texto realizado conjuntamente por Mussolini y su principal ideólogo Giovanni Gentile dice así: «para el fascismo, todo está dentro del estado y nada humano o espiritual existe ni tiene valor fuera del estado, en ese sentido el fascismo es totalitario».La autora más conocida en materia de totalitarismo, propone una caracterización muy estricta que ella solo aplica al estalinismo y a la Alemania nazi, no se interesa por otros regímenes que le son contemporáneos como la China de Mao Zedong.La fe impulsa a los militantes del partido único y el miedo mantiene al resto paralizado.Raymond Aron, a diferencia de Hannah Arendt, establece diferentes grados, expone un modelo teórico al que es posible pertenecer de forma más o menos perfecta, regímenes que en Hannah Arendt no son totalitarios si lo son en Aron.Cierto culto al jefe desaparece, pero el monopolio ideológico y de partido se mantiene.Es al estudiar dichos regímenes y tras la lectura de la obra de Aleksandr Solzhenitsyn cuando Lefort ha desarrollado su análisis del totalitarismo, que aunque sin ser teorizado en una obra unificada, se expone en La invención democrática.[10]​[11]​[1]​ Linz tomó como referencia para definir los regímenes autoritarios la teoría del totalitarismo expuesta en 1956 por Carl Joachim Friedrich y Zbigniew Brzezinski.Las diferencias entre los dos tipos de regímenes políticos se exponen en el siguiente cuadro, elaborado a partir del análisis realizado por el historiador español Enrique Moradiellos.[12]​ Según el politólogo español Ignacio Molina los regímenes totalitarios se diferencian de los autoritarios en que tienen una ideología elaborada destacando el ensalzamiento del líder, buscan el apoyo de las masas, no solo someterlas, y en que su meta última es realizar grandes cambios en la sociedad y no solo imponer su poder sobre la misma.
Mapa hecho con cráneos de las víctimas del régimen de Kampuchea Democrática , exhibido en el Museo Tuol Sleng .
Aunque sus ideologías políticas guardaban algunas diferencias, tanto el régimen de Stalin ( comunismo ), como el de Hitler ( nacionalsocialista ), fueron totalitarios. [ 6 ]