Mientras el ejército vietnamita se aproximaba a Phnom Penh, muchos de los últimos prisioneros fueron ejecutados y solo sobrevivieron doce personas.
El Museo conserva los espacios tal como fueron organizados por la dirección de la prisión S-21 con Duch a la cabeza.
Por otro bloque, que exhibe el reglamento de la prisión y las rejas construidas por los Jemeres Rojos en los corredores, se accede a las pequeñas celdas en donde los prisioneros permanecían encadenados.
Otro edificio anexo muestra los salones en donde los menores de edad eran retenidos y donde debían permanecer siempre acostados.
En el lugar también se encuentra el archivo con documentos, fotografías, pinturas y, en particular, los instrumentos usados para las torturas.