Debe su nombre a encontrarse situada junto al Paseo Imperial.
La tendría una única vía pues «sería inútil hacer dos vías en un camino donde no habrá trenes de viajeros y donde el movimiento de mercancías será necesariamente bastante limitado».
[4] Esta vía discurría por un terreno entonces despoblado, situado al sur de la cerca madrileña (que no fue derribada hasta cinco años después).
Tres años antes se había aprobado el denominado «Plan Castro», que proponía la expansión de Madrid mediante un «Ensanche».
[13] A su alrededor se fueron instalando almacenes e industrias que transformaban los materiales transportados por la Compañía del Norte, así como otras que utilizaban productos procedentes del ganado.
[15] Durante la República no sufrió alteraciones importantes, si bien se empezó a proyectar una alternativa para desviar el tráfico de mercancías y viajeros desde las líneas del Norte hasta Atocha.
En relación con el tráfico de mercancías, proponía dos medidas fundamentales: desviar la línea del Norte en Las Matas (estación de clasificación de la Compañía del Norte, que había entrado en funcionamiento en 1919)[16] y hacerla llegar hasta Fuencarral, donde confluiría con la nueva línea del ferrocarril Madrid-Burgos, y enlazar las líneas del norte con las del este, que llegaban a Atocha, mediante una línea ferroviaria a cielo abierto, que transcurriría entre Vicálvaro y Fuencarral[17] (si bien este medida quedaba para una fase posterior).
[20] Sin embargo, en 1963 se aprobó el nuevo Plan General del Área Metropolitana de Madrid, que sentaba las bases legales para la transformación de las zonas industriales a las que daba servicio dicho ferrocarril en zonas residenciales y de uso terciario.
Peor aún, dicho plan no consideraba ya al ferrocarril como el medio de transporte adecuado para dar servicio a las instalaciones industriales de la zona.
[24] Con la ejecución de la operación urbanística Pasillo Verde Ferroviario, se llevó a cabo el plan.