Especulación inmobiliaria

[1]​ Este fenómeno ocurre cuando los inversionistas adquieren propiedades, ya sea terrenos vacantes o edificios existentes, con la intención de revenderlos a un precio más alto en el futuro, sin necesariamente hacer mejoras significativas en la propiedad.

[4]​ Cuando la demanda de viviendas supera la oferta disponible, los precios tienden a aumentar.

En muchos casos, los especuladores inmobiliarios recurren a préstamos o créditos para adquirir propiedades.

Los inversionistas pueden obtener financiamiento para comprar múltiples propiedades y esperar a que los precios se incrementen antes de vender.

Sin embargo, esto también puede generar burbujas inmobiliarias[7]​ y aumentar el riesgo de una crisis financiera si los precios colapsan.

Además, los cambios en la zonificación o las regulaciones de construcción pueden aumentar el valor del suelo, lo que incentiva aún más la especulación.

Estas medidas pueden generar un aumento en la demanda de propiedades y alimentar la especulación.

Cuando los precios de la vivienda se disparan, puede ser difícil para los gobiernos locales y las autoridades planificar un desarrollo urbano equilibrado.

Es importante destacar que no todas las consecuencias de la especulación inmobiliaria son negativas.

Por otro lado, las fluctuaciones en los precios de la vivienda pueden tener repercusiones en los mercados financieros, especialmente en instituciones financieras expuestas a préstamos hipotecarios o inversiones en el sector inmobiliario.