Sin embargo, la piedra es demasiado frágil para utensilios largos y finos como las espadas.
Se han encontrado otras espadas similares en Turquía, descritas por Thomas Zimmermann.
Las primeras armas que pueden clasificarse inequívocamente como espadas son las encontradas en la Creta minoica, datadas en torno al 1700 a. C., que alcanzan una longitud de más de 100 cm.
Sin embargo, esta espada fue clasificada como del tipo Hajdúsámson-Apa, y presumiblemente fue importada.
El diseño se desarrolló probablemente en el noroeste de Francia, y combinaba la hoja ancha, útil para acuchillar, con una punta más fina y alargada, adecuada para clavar.
Una excepción es el xifos de la Antigua Grecia, cuyo desarrollo continuó durante varios siglos más.
Se han descubierto diversos ejemplares en Fatehgarh, donde hay varias variedades de empuñadura.
Estas espadas se han fechado en diversos periodos entre el 1700-1400 a. C., pero probablemente se utilizaron más ampliamente durante el 1200-600 a. C. (cultura de la cerámica gris pintada, Edad del Hierro en el subcontinente indio).